X

[ Pobierz całość w formacie PDF ]

 �Alg�n nombre?
 Sólo dos. Un individuo llamado Pryce, de Idaho, y otro llamado MacLawrence, de Vermont. Son los
�nicos nombres que conozco. Creo que ambos son jueces federales. Eso es todo.
 �Qu� ocurre con la investigación?
 No he o�do casi nada, pero como de costumbre mantendr� las orejas bien abiertas. No parece que ocurra
gran cosa.
 �Algo m�s?
 No. �Cu�ndo lo publicar�s?
 Por la ma�ana.
 Ser� divertido.
 Gracias, Sarge.
Ahora hab�a salido ya el sol y el caf� estaba m�s concurrido. Cleve se acercó y se sentó junto a su padre.
 �Hab�is terminado?  preguntó.
 S�  respondió Sarge.
 Creo que debemos marcharnos  dijo Cleve, despu�s de mirar a su alrededor . Grantham saldr� primero,
yo le seguir� y t�, pap�, qu�date todo el tiempo qu� se te antoje.
 Eres muy amable  respondió Sarge.
 Gracias, amigos  dijo Grantham, cuando se dirig�a a la puerta.
DOCE
Verheek llegó tarde como de costumbre. En los veintitr�s a�os que hac�a que se conoc�an, nunca hab�a
llegado a la hora, ni sus retrasos eran sólo de unos minutos. No ten�a noción del tiempo, ni le importaba. Llevaba
reloj, pero nunca lo consultaba. Llegar tarde para Verheek significaba por lo menos una hora, a veces dos,
especialmente cuando la persona con quien deb�a encontrarse era un amigo que esperaba que llegara tarde y le
perdonar�a.
Por consiguiente, Callahan pasó una hora en el bar, donde se sent�a muy a gusto. Despu�s de ocho horas de
discusiones intelectuales, sent�a desprecio por la Constitución y sus exegetas. Necesitaba introducir Chivas en
sus venas y, despu�s de dos dobles con hielo, se sent�a mucho mejor. Se contemplaba a s� mismo en el espejo
detr�s de las hileras de botellas, y a lo lejos por encima del hombro observaba y esperaba la llegada de Gavin
Verheek. No era sorprendente que su amigo fuera incapaz de desenvolverse en un bufete particular, donde la
vida depend�a del reloj.
Cuando acababan de servirle el tercer doble, una hora y once minutos despu�s de las siete, Verheek se
acercó a la barra y pidió una Moosehead.
40
 Siento llegar tarde  dijo, mientras le daba la mano. Sab�a que te gustar�a estar un rato a solas con tu
Chivas.
 Pareces cansado  respondió Callahan al tiempo que le miraba.
Viejo y cansado. Verheek envejec�a mal y aumentaba de peso. Le hab�a crecido un par de cent�metros la
frente desde la �ltima visita, y la palidez de su piel hac�a resaltar sus enormes ojeras.
 �Cu�nto pesas?  preguntó Callahan.
 No es de tu incumbencia  respondió su amigo mientras se tomaba la cerveza . �Dónde est� nuestra mesa?
 La he reservado para las ocho y media. Calculaba que llegar�as por lo menos con noventa minutos de
retraso.
 Entonces he llegado temprano.
 En cierto modo. �Has venido directamente del despacho?
 Ahora vivo en la oficina. El director quiere que trabajemos un m�nimo de cien horas semanales, hasta que
se descubra algo. Le he dicho a mi esposa que nos veremos por Navidad.
 �Cómo est�?
 Muy bien. Tiene mucha paciencia. Nos llevamos mucho mejor cuando paso la vida en el despacho.
Era la tercera esposa en diecisiete a�os.
 Me gustar�a conocerla.
 No, no te gustar�a. Me cas� con las dos primeras por el sexo y les gustaba tanto, que lo compart�an con
otros. Lo que me indujo a casarme con �sta fue el dinero y no es muy atractiva. No te impresionar�a  dijo,
mientras vaciaba la botella. Dudo que pueda soportarla hasta la muerte.
 �Qu� edad tiene?
 No quieras saberlo. Realmente la quiero. Te lo prometo. Pero despu�s de dos a�os me he dado cuenta de
que no tenemos nada en com�n, a excepción de un profundo concienciamiento de los valores de la bolsa 
respondió, antes de hacer una pausa para mirar al barman . Otra, por favor.
�Cu�nto dinero tiene?  rió Callahan, sin dejar de saborear su whisky.
 Mucho menos de lo que supon�a. En realidad no lo s�. Creo que alrededor de cinco millones. Desplumó a
sus dos primeros maridos, y creo que lo que le atrajo de m� fue el reto de casarse con un individuo del montón.
Tambi�n dijo que el sexo era maravilloso. Pero eso lo dicen todas. [ Pobierz całość w formacie PDF ]
  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • arachnea.htw.pl
  • Drogi użytkowniku!

    W trosce o komfort korzystania z naszego serwisu chcemy dostarczać Ci coraz lepsze usługi. By móc to robić prosimy, abyś wyraził zgodę na dopasowanie treści marketingowych do Twoich zachowań w serwisie. Zgoda ta pozwoli nam częściowo finansować rozwój świadczonych usług.

    Pamiętaj, że dbamy o Twoją prywatność. Nie zwiększamy zakresu naszych uprawnień bez Twojej zgody. Zadbamy również o bezpieczeństwo Twoich danych. Wyrażoną zgodę możesz cofnąć w każdej chwili.

     Tak, zgadzam się na nadanie mi "cookie" i korzystanie z danych przez Administratora Serwisu i jego partnerów w celu dopasowania treści do moich potrzeb. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

     Tak, zgadzam się na przetwarzanie moich danych osobowych przez Administratora Serwisu i jego partnerów w celu personalizowania wyświetlanych mi reklam i dostosowania do mnie prezentowanych treści marketingowych. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

    Wyrażenie powyższych zgód jest dobrowolne i możesz je w dowolnym momencie wycofać poprzez opcję: "Twoje zgody", dostępnej w prawym, dolnym rogu strony lub poprzez usunięcie "cookies" w swojej przeglądarce dla powyżej strony, z tym, że wycofanie zgody nie będzie miało wpływu na zgodność z prawem przetwarzania na podstawie zgody, przed jej wycofaniem.