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Raza de Bronce
LIBRO SEGUNDO
EL YERMO
III
Orlaba el terciopelo de la noche la celistia, claror de astros que da a las tinieblas una
transparencia misteriosa, dentro de la que se adivinan los objetos sin precisar sus contornos.
Rutilantes y numerosas brillaban en el cielo las estrellas, tan vastas y tan puras, que aquello
resultaba el apogeo del oro en el espacio, y para celebrarlo se hab�a recogido la llanura en un
enorme silencio, turbado de tarde en tarde por el medroso ladrido de un perro o el chillido de
alguna ave noct�mbula. Y despu�s, nada. Ning�n rumor, ni el del r�o; ning�n susurro, ni el de la
brisa. Aquel silencio era m�s hondo que el del sue�o; parec�a el de la muerte.
Choquehuanka, abstra�do en sus pensamientos caminaba con paso cauteloso por la orilla del
r�o, rumbo a la vivienda de Tokorcunki. La perspicacia de sus ojos, habituados a ver en la
noche, y la costumbre de andar por ese suelo, lo llevaban con una seguridad absoluta por entre
las sombras. Iba recto, sin titubear, evitando los obst�culos insalvables y traidores para los
extra�os, aun con luz de pleno d�a; aqu�, una guarida de conejos; all�, un atolladero bajo el
limpio terciopelo del musgo; m�s lejos, una grieta disimulada entre el pajonal o el montón de
piedras defendido por punzantes espinos.
 �Lek... lek... lek, lek!... �Lek... lek... lek, lek!...
Alzóse el leke-leke de entre sus pies, y el estridente alarido del ave repercutió dolorosamente
en el enorme silencio de las tinieblas.
Es ave noct�mbula y vigilante. Al menor ruido insólito en la noche profunda levanta el vuelo y
lanza su grito de alerta alborotando las sombras y encogiendo de angustia el corazón. Los
indios la veneran y escuchan con gozo su ajeo, pues les anuncia el paso furtivo de alguien por
la llanura o les se�ala el vagar premioso de las bestias que huyen del aprisco causando
desperfectos en los campos de cultivo.
Estremecióse Choquehuanka y se detuvo un instante para escuchar el latido de las alas del
ave que hu�a, y prosiguió luego su marcha, investigando de tiempo en tiempo los fuegos
encendidos todav�a en los fogones de las cocinas o en los cerros de las islas, donde se
confund�an con las estrellas, rojizas unas, azuladas otras, albas y diamantinas las m�s.
En la atmósfera hubo un soplo y, repentinamente, se alzó el viento, arrancando agudos y
prolongados silbidos de las duras matas de paja que crec�an en las orillas escarpadas del r�o, y
temblaban, vibrantes, cual cuerdas de un sutil instrumento...
Aqu� y all�, entre la sombra y como sombras de sombra, se levantaban en relieve las casas de
los colonos.
Al acercarse a la del hilacata, lindante con el r�o, fue detenido Choquehuanka por el
desesperado ladrido de un perro. Requirió el viejo su cayado y quedó en espera del can. Este,
acobardado, det�vose en seco, pero puso m�s concentrado furor en sus ladridos.
�Condenado animal! �Es que ya no conoc�a al viejo Choquehuanka, el consejero del amo, y
hab�a perdido la vista y el olfato hasta el punto de confundirlo con un vulgar ladrón de gallinas?
�Qu� palo le asestar�a si se pusiese al alcance de su arma!...
Una voz so�olienta y dura surgió de improviso desde el interior de un cuartucho d�bilmente
iluminado.
 �Qui�n es?
 Soy yo, Tokorcunki, y ataja tu perro, que ya no me conoce.
 �Ah! �Eres t�, anciano (achachila)?
Espera, voy a castigar a este holgaz�n...
Se oyó el zumbido de una piedra y un aullido de dolor. El can huyó quej�ndose y sus
lastimeras quejas provocaron el ladrido de otros perros.
 De balde le castigas. No es culpa suya si los a�os ya no le permiten reconocer a los amigos.
 A ti no debe ladrarte; eres m�s que amigo... Pero entra, corre fr�o esta noche.
Avanzó Choquehuanka, esquivando tropezar con los toros que estaban tendidos en el suelo,
atados a las estacas, y rumiaban lenta y ruidosamente. Los dos hombres se metieron doblados
por el angosto y bajo agujero de la puerta y entraron a la caverna, tenuamente alumbrada por
los �ltimos centelleos del fogón.
Sobre el poyo de barro y encima de tejidos (kesanas) de totora, crujiente por lo seca, estaban [ Pobierz całość w formacie PDF ]
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